Entrevistas

 
Lo más importante es recordar que existen diferencias entre la conversación (charla) y la entrevista.
 
bulletA diferencia de la conversación casual (charla), la entrevista tiene un propósito
bulletLa entrevista posee una estructura, es decir, sabemos de qué queremos hablar.
bulletFrente a la conversación, que suele ser improvisada, la entrevista se prepara con antelación y requiere una cita
bulletA la entrevista debemos llevar preparada una lista de preguntas o temas (un cuestionario flexible) hacia los que derivaremos la entrevista. Si lo que planteamos son preguntas ordenadas entonces realizamos una encuesta.
bulletAunque tanto la conversación como la entrevista implican un diálogo entre el investigador y el informante (dia-logo, la 'palabra' se genera entre dos), al estar pensada con propósito, la entrevista está dirigida por el entrevistador quien la registra (mediante anotaciones o grabación).

 

  La conversación tiene las ventajas propias que devienen de su imprevisibilidad y contextualización:
 
bulletEs la técnica más idónea para comprender las circunstancias culturales, como apuntaba Sanmartín, "pudiendo percibir en vivo el sentido de las mismas al palpar en su piel el roce de la realidad a la que se aplica".
bulletEs muy eficaz para acceder a la perspectiva emic al tiempo que suceden las cosas.

 

  Tipos de entrevistas
 
bulletEntrevista 'abierta' que, según las preguntas pueden ser:
bulletFocalizada: se centra en una situación o hecho concreto, y se indaga sobre la experiencia subjetiva del informante.
bulletNo-dirigida: la iniciativa la lleva el informante y el investigador estimula el diálogo. Es la mejor para conocer en el mundo de los sentimientos.
bulletEn profundidad: se acuerda con el entrevistado el tema o temas que se van a tratar.
bulletEntrevista 'cerrada o estructurada' => encuesta o cuestionario

 

  En definitiva, tanto la entrevista como la conversación tienen en común dos puntos muy importantes:

(1) las normas de la buena educación: es decir, que sepamos escuchar y guardemos la compostura (¡mucha atención al lenguaje no verbal!), que el momento y el lugar sean los más adecuados, y que las preguntas sean comprensibles, no resulten insidiosas, ni incomoden al informante, y

(2) los principios de la lógica científico-social: a saber, que las preguntas sean relevantes para el informante porque así su conversación será más animada y detallada, y que sean útiles para nuestra investigación porque, de otro modo, estaremos haciendo perder el tiempo del informante y perdiendo nuestro tiempo.

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Bibliografía

bulletMaestre Alfonso, Juan (1990): La investigación en antropología social. Akal, Madrid.
bulletSanmartín, Ricardo (2003): Observar, escuchar, comparar, escribir. La práctica de la investigación cualitativa.

 

Este sitio se actualizó por última vez el 14 de noviembre de 2005